Año 1989

STONES, TAYLOR y Brian

El pequeño jet privado que llevaba a Keith Richards se dejó caer sobre la aguamarina del Caribe y aterrizó en la verde isla de Barbados el 12 de enero de 1989. Iba a reunirse con Mick Jagger en los Blue Wave Studios a fin de resucitar a los Rolling Stones, y el camino iba a ser rocoso. Para los largamente ausentes y desconocidos Stones el regresar significaba no tan sólo recuperar a su propia generación sino seducir también a los fans jóvenes actualmente captados por conjuntos postpunk como Guns 'N Roses, los Stones ahora competían con sus hijos.

Keith no estaba seguro de si Mick y él podrían trabajar juntos de nuevo, era pesimista. Dejando a sus chicas en Connecticut, Keith le había dicho a Patti que estaría de vuelta a casa en dos semanas o en dos días. Mick ya estaba trabajando con música nueva cuando Keith llegó al atardecer.

Los Stones planearon hacer la gira en otoño como el mayor espectáculo extravagante y fantástico jamás intentado con un solo artista de rock, lo que exigía que un nuevo disco del conjunto estuviera acabado en mayo de 1989 como mucho. Su calendario no les dejaba mucho tiempo a los Stones de matarse el uno al otro.

Mick y Keith empezaron a trabajar en seguida en Barbados, tocando juntos la guitarra. Keith tenía ideas descartadas de su álbum en solitario: "Almost Hear You Sigh" y "Slipping Away". Agarrando las nerviosas vibraciones de los Blue Wave por el cuello, Keith encontró los tonalmente complejos y evocaciones acordes de "Mixed Emotions" al día siguiente de llegar. Luego vinieron "Rock and a Hard Place" y "Can`t Be Seen with You". Después de unos días, Patti le preguntó a Keith por teléfono: "¿Dos semanas, entonces?". Keith respondió: "Afortunadamente, sí".

Interrumpieron el trabajo el 16 de enero de 1989 para volar a Nueva York. Otra vez en el salón de baile de Waldorf, los Rolling Stones eran promovidos al Hall of Fame por Pete Townshend. Ron Wood llegó desde Inglaterra sin Bill ni Charlie, liquidando cualquier posibilidad de que los Stones tocaran. Bill desprecio los honores del Hall of Fame como un reconocimiento pequeño y tardío, e incluso Mick y Keith estaban preocupados porque se les pudiera considerar más como reliquias de museo que como un conjunto de Rock and Roll que echaba fuego por la boca. Mick Taylor que vivía en Nueva York, colaboró en la entrega del premio por parte de Townshend, que pronunció un idolatra discurso de promoción que terminaba así: "Tíos sea lo que sea que hagáis, no intentéis haceros viejos elegantemente. No quisiera tener que poneros un pleito". Cuando tomó la palabra, Mick habló de Brian Jones e Ian Stewart, y añadió nerviosamente que los Stones no estaban listos todavía para colgar su número.

A principios de 1989, Bill Wyman inauguró en Londres el restaurant de su propiedad "Sticky Fingers", situado en 1 Pillimore Gardens del barrio de Kensington, donde dedica gran parte de las ganancias a la caridad.

De vuelta a Barbados en febrero de 1989, Mick y Keith improvisaban y miraban de sacar canciones en un balcón del hotel, con las olas que rompían abajo, con guitarras, un teclado, una grabadora de cinta y una botella de vodka. Keith dijo: "Una vez habíamos limpiado el aire, surgió algo completamente diferente. No lo puedo definir, yo empezaba sacando un riff y el una melodía más arriba. Una vez Mick y yo nos ponemos a trabajar todo lo demás se va por la ventana". Por la noche, Mick arrastraba a Keith a los clubes nocturnos, Keith lo detestaba, pero a Mick le gustaba ir a bailar y quería tener con él a Keith, desde el momento en que Jerry Hall rehusaba volver a Barbados.

Pronto se les unió el príncipe Rupert Loewenstein para una reunión de negocios. Los Stones querían ahora promover una nueva manera de presentarse que cambiaría el negocio de los conciertos para los mayores espectáculos del mundo. Vendieron su gira entera a su promotor canadiense de siempre, Michael Cohl de Concerts Productions International (CPI) de Toronto, por cerca de 70 millones de dólares. Con el apoyo del gran dinero de la cerveza Budweiser, sería el patrocinador oficial de la gira, Cohl garantizaba a los Stones sus honorarios, asumiendo todo el riesgo financiero a cambio de una participación en los beneficios de la gira. CPI pagó millones por el diseño y construcción del escenario, fabricó las camisetas y las pegatinas de la lengua, llevó la promoción y puso los precios de las entradas por debajo del tope de 31,50 dólares. Era un acuerdo que hacía historia, que casi mata a Bill Graham, éste había organizado la última gira de los Stones en 1981-1982 y la gira por Australia de Mick Jagger.

Los demás Stones volaron a Barbados en marzo. El coproductor Chris Kimsey trajo a un joven inglés mago del sintetizador llamado Matt Clifford a fin de endulzar y modernizar el sonido ambiente de los Stones para la nueva era digital.

Mientras trabajaban, algunas de las disputas y amarguras del pasado volvieron a la superficie y se derramaron en medio de las sesiones. Keith y Ron se constituían en su propia facción, mientras Mick se emparejaba con Matt Clifford. Pero a final de mes, Mick y Keith tenían cerca de veinte canciones que les gustaban, y tras un descanso las sesiones se reanudaron en los estudios AIR del productor de los Beatles, George Martin, en la verde e idílica isla volcánica de Montserrat.

Echaron a Bill Wyman de la isla durante una semana porque él de cincuenta y tres años, había pedido en matrimonio por teléfono desde Barbados, a Mandy Smith de diecinueve, y ella había aceptado. Cuando los periodistas londinenses empezaron a llegar a la isla, se desterró a Bill a Antigua para que tratara con ellos y para mantener alejada a la prensa de las sesiones de grabación. Charlie Watts también asumió un nuevo papel en los Stones, se convirtió en el árbitro entre Mick y Keith. Si no se ponían de acuerdo en algo, entonces se recurría al: "Vamos a preguntar a Charlie". Durante las cinco semanas que los Stones estuvieron luchando con "Steel Wheels" en Montserrat, Charlie a menudo se pasaba doce horas en el estudio. La gente del entorno de los Stones sintió que Charlie pensaba que tenía algo que demostrar a Keith Richards, que se atrevió a trabajar con otro batería en su incursión en solitario. Charlie empujaba tan duramente a Keith que al final de una de las sesiones de quince horas, Keith apenas se podía sostener en pie.

En el mes de junio de 1989 dieron los últimos toques a "Steel Wheels", un título de doble significado que se refería tanto a la energía locomotora como a las ruedas de las sillas de los mayores y los enfermos. Los Stones estaban en Londres molestos con Bill Wyman, que había inaugurado la hamburguesería llena de recuerdos de los Stones llamada Sticky Fingers sin haber solicitado autorización. También estaban disgustados por tener que ir con sus esposas, a la boda de Bill con Mandy Smith que se celebró el día 2 de junio de 1989. Temían que se convirtiera en un carnaval confirmado por la prensa sensacionalista.

En julio de 1989, los Stones se reunieron cerca de la casa de Keith en la ex urbana Connecticut para reagruparse como una orquesta de espectáculo tipo Las Vegas. Chuck Leavell volvió al piano, Matt Clifford al mando de los samplers, los sintetizadores y las orquestaciones. Se contrató a tres cantantes: Bernard Fowler, Lisa Fischer y Cindy Mizell. Después de insistirle Keith en repetidas llamadas a Boby Keys, éste aceptó trajo un equipo de viento.

Cualquier duda sobre la viabilidad en el mercado de los Rolling Stones en 1989 se disipó cuando dos millones de fans intentaron obtener entradas para las actuaciones inaugurales de Filadelfia. El 31 de agosto de 1989, los Stones salieron al escenario de JFK Stadium entre explosiones y una pared de fuego de nueve metros con Keith soltando los acordes de "Start Me Up". En el exterior los que no tenían entrada luchaban con la policía que practicaron veintiocho detenciones mientras los Stones seguían adelante con el programa.

No fue hasta después de una docena de conciertos cuando los Stones se encontraron cómodos en el escenario, que era tan grande como un campo de fútbol. De gira por primera vez en siete años, todos continuaban haciendo las cosas a su manera. La fiesta después de las actuaciones siempre era en la suite de Keith oyendo viejas canciones reggae desconocidas como música de fondo.

La parte norteamericana de la gira "Steel Weels" terminó en Atlantic City (Nueva Jersey), que se había recolocado con éxito como Las Vegas del Este, con la legalización del juego. La última actuación en el Centro de Convenciones fue retransmitida en directo por la televisión por cable. La emisión de los Stones estableció un récord en la televisión de pago en los Estados Unidos. La gira misma, en la que tres millones cuatrocientos mil (3.400.000) clientes habían visto al conjunto en cincuenta y nueve actuaciones, era la mayor jamás montada hasta la fecha.

Cuando se dispersaron para pasar las últimas navidades de los ochenta con sus familias, los Stones se mostraban arrogantes y jubilosos por el increíble éxito de su regreso. Tan sólo un año antes, el conjunto no existía y ni tan sólo se hablaban entre ellos. 

Yo dentro del restaurante "Sticky Fingers" propiedad de Bill Wyman entre un bajo de Bill Wyman y una guitarra de Brian Jones. Abajo Bill Wyman en su restaurante, y Brian Jones tocando con la misma guitarra de la foto superior.

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